Soy una diseñadora salvadoreña que encontró en California un nuevo lienzo para seguir creando.

 

Mi amor por el arte y la belleza floreció desde la infancia, regado por las raíces de una familia que siempre vio en lo hecho a mano un acto de amor.

 

A lo largo de los años, cada viaje junto a mi esposo por los rincones del viejo y romántico continente europeo fue sumando matices a mi inspiración: calles empedradas, jardines secretos, cielos antiguos… todos quedaron guardados en mi alma.

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De esa mezcla de memorias y sensibilidad nacen mis bolsos italianos, piezas que llevan consigo historias, texturas y emociones. Y es también en la naturaleza —sobre todo en las flores, con sus colores vibrantes y su fragilidad poderosa— donde encuentro la chispa para crear mis obras en óleo y acrílico.

 

De mis lienzos brotan formas que luego se transforman en prendas femeninas únicas, como si cada tela llevara un pedacito de arte, una pincelada de vida.